jueves, 12 de noviembre de 2009

The K word

Parece raro pero en realidad esto está siendo cada vez más así: la cuestión material es cada vez más difusa que la cuestión ideal, o más específicamente la de las palabras. En la primera se puede mentir porque es más difícil de ver (por sentido físico o geográfico, nada más). Pero la segunda llega a todos, "se siente en el aire".

Artemio López (de no saber quién es, no importa) tiene un amigo que se llama Hugo Presman (tampoco importa, lo único relevante es que la traducción de su apellido es "el hombre prensa", un tipo nacido para los medios...... o bien trabajos fisico-mecánicos).
El primero, con importante prestigio como encuestador y toda esa garompa, recibió un mail del segundo y lo publicó en su blog. En resumidas palabras, le estoy robando a López lo que le robó al Hombre-Prensa.

Es un texto que me gustó, habla sobre lo que se dice, las palabras, cómo cambiaron en este último tiempo, qué quieren decir ahora y sería interesante revisar qué querían decir hace un tiempo (variante dependiendo de cada palabra).

A continuación, el testo:

Hace 20 años caía el Muro de Berlín. Bajo sus piedras se sepultó la palabra pueblo y emergió “la gente”. En la postmodernidad el ciudadano se convirtió en vecino como si fuera meramente un consorcista o un consumidor pasando a ser un ente económico amputado de su carácter político.

El “periodismo independiente” calificó de paro un lock out patronal y denominó campesino a un pequeño propietario cuyo capital en la pampa húmeda supera el millón de dólares. La huelga, en el nuevo ángulo de observación, no se la mira desde el lado del trabajador sino del usuario. La destrucción de la legislación laboral se la envolvió bajo el eufemismo de flexibilización. La distribución del ingreso no sería consecuencia de políticas activas sino del desborde de la copa de los satisfechos.

La teoría del derrame por el cual la prosperidad de los ricos produciría la mejoría de los pobres fue una adaptación moderna de Las fábulas de Esopo. Los aeropuertos y los shoppings son no lugares, el equilibrio fiscal proclamado como mandamiento por los liberales es meramente caja cuando lo hace un no liberal, la pobreza conmueve a los que la originaron y todo movimiento social será sinónimo de clientelismo.

El tránsito siempre estará asociado a la palabra caos, De Ángeli a la “mesura” de los funcionales al Poder, el rabino Bergman a la sensatez y el Cardenal Bergoglio a las campañas de Caritas, loables pero nunca calificadas de clientelismo religioso. Campo no es una definición geográfica, sino una inventada categoría política que remite a un escenario donde no hay controversia sino consenso, donde no hay intereses económicos diferentes sino armonía bucólica, donde no hay peones y trabajo infantil sino integrantes felices émulos de la familia Ingalls.

Clientelismo será la forma de descalificar todo plan social, aunque el mismo no caiga en arbitrariedades en que incurren algunos de ellos. Asignar grandes cantidades de dinero entre pocos será considerado un incentivo a la inversión. En cambio, distribuir pequeñas cantidades a muchos, siempre llevará el estigma de clientelismo.

Limpiar el idioma de los atropellos de los falsificadores, desvestirlos de sus imposturas, que la palabra comunique y no obstruya la comprensión, forma parte de la batalla política del lenguaje. Ahí donde se libra un combate más por la liberación. Tal vez uno de los primeros. Necesario, imprescindible para descubrir a los modernos recreadores de la Torre de Babel.

Dale, te doy dos minutos más para que busques qué carajo pasó con Babel y su torre.

¿Listo? Bárbaro. Parece un comunicado oficial a favor del gobierno, ¿no? Buen, eso es un problema. Hay tantos hoy en día que critican; y es tal la mayoría de los que critican cosas incriticables (como LAS COLAS DEL ANSES POR EL SUAF :|), que al resto ("la izquierda potable", o algo así) que critica con razón o sensatamente, quizá se haga difícil diferenciarlos.

Al texto en sí, mucho no le puedo agregar. El tipo que lo escribió no sé ni quién es, pero el texto está bueno.
Digamos, cuando a la realidad material no se la puede rebatir, se inventa una realidad que convence. Y convence porque hay quien la compra, por comodidad, ignorancia, lo que fuera. Si no nos "cuidamos" entre nosotros...

Pero ojo, quiero dejar clarísimo que esto encima tiene el doble daño que decía antes, además del obvio engañar a la gente, se va polarizando a la fuerza entre: unos corruptos que roban plata y los que quieren detentar el poder porque plata ya tienen.
¿Me explico? Si "la oposición" (me permito generalizar un santiamén (!!!)) no quiere que gobierne el gobierno que está ahora, lo que se asume por naturaleza de su nombre; lo mejor que puede hacer es ponerse las pilas, no dejarla sola con el arquero. Sobre todo si el arquero fuere Scioli. (...)


Buen, este fue otro capítulo de la sagaz interpretación cotidiana de a quien alguna vez convencieron que está capacitado para hacerlo. Hasta la próxima.

3 comentarios:

  1. Con un par de lineas de ese texto podes quedar soltero, sabias no? :P

    Copado el articulo/carta.

    P.D.: Deja de robarle cosas a 6,7,8 u.u

    abrazo

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  2. Agrego un eufemismo más, para sumar: a los trabajadores ahora de los denomina "colaboradores".
    Saludos,
    Leandro.

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  3. El idiota que sostuvo la teoria del derrame gano el Nobel de economia. Milton Friedman fue, creo. Muy triste.

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