lunes, 2 de marzo de 2009

"Pegame un tiro, hijo de puta..." - Vol. 2

Se va la segundaaaaaaaaaaaaa. Sí, sí, señores. Se viene la segunda etapa del genial, espectacular, grandioso, cautivante megapost (que de "mega" no tiene mucho) que está en proceso. Si no leíste la 1era parte, este post lo vas a entender igual (no te voy a mentir), pero de cualquier manera estaría copete que la leyeras, dale? Buenísimo.

Hoy: otros 3 artilugios y mecanismos de tortura implementados a lo largo de la historia occidental, para que se luzcan los verdugos e ingenieros mala-gente de aquellas épcoas. A los bifes:

1 - El Toro de Falaris (o Toro Siciliano)

Un ingeniosísimo mecanismo de tortura y "entretenimiento" a la vez. El nombre es por un tirano así llamado, en un pueblo del Peloponeso allá por el 500 a.C. más o menos. Lo de Siciliano, adivinaron, porque fue inventado en Sicilia. Como se aprecia en la foto (?), el Toro de Falaris era una construcción 100% hecha en bronce con forma de toro a escala real. Los griegos trabajaban muy bien el bronce; pero ¿por qué un toro, se pregunta usted, señora ama de casa? Bueno, la verdad es que la devoción de los griegos por los toros está demostradísima en la peli: Hércules. Es obvio que el productor lo relega sutilmente a un segundo plano a musculín, para darle la razón a Phil cuando el primero cree que el segundo le está mintiendo sobre su amada. Buen, el tema es que Phil es mitad toro, mitad hombre así que los griegos aman los toros, punto y a parte.
Volviendo a lo nuestro, ¿cómo funcionaba el Toro de Falaris? Tenía una ranura en el lomo del animal, por donde se podía meter al indeseable y luego encerrarlo. Se encendía una fogata dándole al vientre del animal, que por ser de bronce, se calentaba cual retoño en rodaje de película porno (pero no lo suficiente como para derretirse). El encerrado tenía, como mucho, 10 minutos de vida, durante los cuales se chamuscaba no muy lentamente. Todos sabemos que la solución a una muerte agonizante y sufrida es gritar, así que, Perillos (nuestro creador) introdujo un sofisticado mecanismo parecido a un instrumento de viento de hoy en día; mediante el cual el condenado podía respirar vía oral. Haciéndolo, largaba un alarido que, fuera del toro, hacia donde apuntaba el otro extremo del instrumento, se percibía como el refuznido (???) que hace el mismo. Sí, así se divertían en el 500 a.C.. Y buen, no había family ni super-nintendo.
Cuenta la leyenda que el cruel tirano, para probarlo por primera vez, engañó al creador de la máquina encerrándolo y escuchándolo morir. Le kbió tanto que, agradeciéndole post-mortem, siguió usando el Toro de Falaris durante los próximos 16 años de su reinado. Se cree que por esta razón, desde aquel entonces los españoles (muy mancomunados con los hermanos griegos) le tomaron un odio incalculable a los toros, desarrollando las huevadas de tradiciones que tienen hoy en día.

2 - El Apega de Nabis

No encontré fotito ilustrativa de este participante, así que voy a hacer lo posible por describirlo lo más didácticamente. El nombre es por el rey tirano Nabis de Esparta, alrededor del 200 a.C.. El mecanismo es algo así como una cara de mujer, con estatura real de mujer y una túnica cubriendo todo el resto del cuerpo para simplificar las cosas, porque todo el resto era puro chamuyo. Tenía los brazos extendidos como por dar un abrazo. Y a lo largo de los brazos, numerosas y filosas piezas metálicas punzantes. Sí, el "abrazo de la muerte" (tatataTANNNN). Nabis invitaba a los magnates de Esparta, algo así como los Tinelli de hoy, a su casa y les servía un generoso banquete con jarras y jarras de vino. Nabis requería colaboración monetaria para su campaña a favor de Esparta, y si el tipo se negaba, lo mandaba a visitar a la amable Apega. Se lo emborrachaba para que el tipo creyera que esa cosa era realmente una mujer, aunque la verdad: se lo podría haber obligado a someterse a la Apega de Nabis sin ningún problema, pero buen, era una excusa más para eskbiar.
Es difícil explicarlo, sobre todo por mis acotados conocimientos de física mecánica, pero digamos que para hacer funcionar la Apega de Nabis, es decir: para activar mediante un resorte los dos brazos para que pinchen al tipito, se necesitaban otras dos "pinzas" de la parte de atrás de la Apega. Algo que hiciera la fuerza desde atrás de la Apega, y de hecho sirviera para que el tipo no zafase. Porque como las pinzas de atrás eran mucho más largas que las de adelante, la ventaja mecánica estaba atrás. En castellano, si apretabas de atrás era fácil abrir los brazos adelante; pero si empujabas para afuera los brazos de adelante, era MUY difícil abrir atrás. Simplísimo (not).

3 - La Gran Rueda

OK, hoy don Google me escatimó en fotos; así que de este bello artilugio tampoco encontré ídem (fotos, no artilugios, claro). De cualquier manera es simple: dos ruedas de madera unidas por barras de la misma naturaleza. Agarrabas al hereje/cristiano/traidor de turno y, desnudo, lo atabas a la rueda boca arriba. Paso siguiente: te dirigís hacia tu "barranca abajo" preferida de tu barrio. En mi caso, serían algunas cuadras de Directorio. Último paso: le das el "empujoncito de la muerte".
Nah, mentira; chicos: no hagan eso en casa.
Se calculó mediante indicadores que, en promedio, cada revolución (vuelta de la rueda) representa un choque en auto a 200 km/h para todo tu cuerpo. Y además, la rueda va tomando cada vez más velocidad; o sea que es como si cada vez te chocaras más fuerte. Nótese que la posición fetal es "lo instintivo" para protegerse; o al menos así lo muestra Hollywood (si Hollywood lo dice...); y en este caso el muchacho está exactamente en la posición contraria: algo así como la tapa del último cd de la vela. Che, posta que parece que fue inventada para explicar esto (tapen la cara de pescado).
Y buen, el tema es que, más o menos a la 4ta vuelta de rueda estarías muerto. ¿Por qué tan letal? Y, mirá: imaginate que en cada vuelta la cabeza te pega contra el piso y se te tuerce el cuello, además de los golpes "de abajo hacia arriba" (siempre más letales que los frontales) que te da el piso contra el tabique. Y como si eso fuera poco, ¿qué te creés, que hace 2000 años tenían columna vertebral de goma? No, papá, sufrían de la cervical igual que los jovatos hoy en día.
A parte de todo eso, no hace falta decir que los impactos eran suficientes para quebrarte cualquier hueso del cuerpo; y además para causar hemorragia interna y herir infinitas arterias vitales (preguntale a Lady Di si no..).
Para mí, la Rueda de la Tortura (o Gran Rueda) es el vil mecanismo que mejor combina "costo de construcción" y "daños causados" de todos ellos. En una palabra: el "mejor"; pero es un tanto ridículo usar esa palabra para cosas como ésta. Pero buen, vale igual (?).


Yyy esto fue todo por hoy. Así concluye el Vol. 2 de "Pegame un tiro, hijo de puta...". Próximamente, el Vol. 3: cómanse las uñas aguardándolo. Espero que este les haya gustado tanto o más que el anterior y ya saben, cualquier acotación/crítica: dejan comentario o por msn. Chas gracias.

3 comentarios:

  1. Naa, con la rueda se muere "rapido", no tiene gracia.

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  2. querido mateo, mejor dicho estimado mateo... noto muy interesante sus volumenes de "pegame un tiro, hijo de puta..." por este motivo deseo felicitarlo x sus exitos y espero mas "artilujios" de parte suya

    con respeto y gran afecto.. el Dachu q conoces. jeje. salu2

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