viernes, 6 de marzo de 2009

"Pegame un tiro, hijo de puta..." - Vol. 3

Antes de meternos de lleno con el post, quiero comentarles que hace unas horas volví del recital de Manu Chao presentando Radio Bemba en el Club Ciudad. Estuvo GENIAL y las 3 horas de show no se apiadaron de mi humilde cuerpo, dejándome a la miseria y con la energía justa y necesaria para respirar. De cualquier manera, la compu es un vicio y, ya que estoy acá, decidí concluir el megapost que tanta popularidad perdió: 1er post: 6 firmas; 2do post: 2 firmas! Pero siempre pasa lo mismo con las segundas partes, así que guiándonos por la mejor trilogía de la historia del cine (clarísimo que hablo de "Volver al Futuro"), la 3er parte debería asemejarse más a la primera, sin poder alcanzarla, though.

Ahora sí, sin más preámbulo (nos los represenblablabla), con ustedes el tercer y último eslabón de este update que hemos dado a llamar: ¡TELEVISIÓN REGI.... No, perdón: "Pegame un tiro, hijo de puta..." - Vol. 3.

1 - El Péndulo

Muy simple y conocido, por lo cual no creo que haga falta una imagen (ok, es verdad, no encontré: ¿y?). El péndulo es el método que mejor explota la tortura psicológica. El condenado veía acercársele cada vez más una hoja filosísima considerablemente grande a su cuerpo y antes de que la tortura se torne física, el tipo deschavaba todo lo que el verdugo quería escuchar (fuera verdad o no).
El mecanismo era fácil: un pobre diablo acostado en una tabla de madera que iba subiendo muuuuy lentamente; y arriba suyo un péndulo con una hoja en el extremo que oscilaba gracias a la energía cinética e iba bajando, también, muuuuy lentamente (todo mediante poleas). En el lapso de tiempo desde que la tortura empezaba hasta que el filo le rozaba el pecho al desgraciado (evento que muchas veces no llegaba a ocurrir) se experimentaba una sensación más desagradable que ESTA mujer apenas levantada.
De yapa, les cuento que el talentísimo Edgar Allan Poe escribió un cuento sobre esa angustia de la tortura del péndulo. Se llama "El Pozo y el Pendulo" y, si tienen ganas, lo pueden leer online. Es cortito (como todo cuento).
Físicamente se demostró que no es muy probable que se haya usado de hecho para matar a alguien a rebanadas cual queso de máquina. El péndulo se habría detenido antes; sin embargo no es algo que uno se ponga a pensar estando ahí acostado, ¿o no? A parte, no temataría pero si no confesabas, te aseguro que te iba a doler unos cuantos días.
Según cuenta la leyenda, el caso más famoso que existió de algún torturado por el péndulo, fue durante la Inquisición que se llevaba a cabo en Francia. Un acusado de herejía y blasfemar contra su Santidad se expuso ante este terror. Pero, muy precavido, el muchacho ya conocía la debilidad de este método y era conciente que no iba a morir por ello; así es que aguantó hasta que el péndulo estuvo lo suficientemente cerca de su cuerpo para alzar su cabeza y hacer rozar el extremo del artilugio con su vello facial, cortándolo de una manera innovadoramente prolija [al grito de: "IN YOUR FACE, CATOLICO CULO-GOLOSO! IN-YOUR-FACE!!!!" (todo en francés, claro)]. El verdugo, patitieso por la burla del franchute, agarró él mismo la hoja de corte y se practicó un hara-kiri, quitándose la vida. El francés no sólo se salvó de morir agonizantemente, sino que la experiencia le dio la brillante idea de un producto hoy en día mundialmente comercializado. Su nombre era Saint-Simon de Gillette.

2 - Aplasta-dedos: rodillas y cabezas

Tres mecanismos parecidos entre sí que usaban como base la fuerza de la tecnología del tornillo. El primero fue el aplasta-dedos, que fue concebido allá por el siglo XIV (¿quién más sino la vieja y querida Edad Media?), en Escocia.
Increíblemente crueles; y así y todo muy comunes. Sobre todo el aplasta-cabezas (el de la foto). Si ponías el balero ahí, no te iban a alcanzar ni todos los Certal, Cafiaspirina y Tafirol del mundo para calmarte el dolor. Primero se te rompía la mandíbula (inmenso dolor) y después, por la compresión del cráneo, el cerebro tenía que escapar a algún otro lugar: se te podía ir por algún conducto de la nariz, de la columna vertebral o cualquier otro. Inmediatamente después de esto, el cráneo cedía quebrándose y para este momento, ya estabas jugando al truco y tomándote unos fernete con San Pedro.
Por pertenecer a la Edad Media (también llamada Edad Oscura), no se tiene mucho registro de estos aparatos; así es que pasamos al siguiente [o quizá me parecen inhumanamente crueles y no da seguir describiéndolos (o tal vez simplemente me hinchó los huevos y quiero pasar al próximo, ¿hay algún problema? ¿No? Me imaginé.)]

3 - El Potro

No, no tiene nada que ver con Rodrigo. No, tampoco con Juan Martín.
El potro (como se muestra perfectamente en la foto) (?) era un tipo de tortura muy precisa, cruel y útil para los verdugos. Consistía en un señorcito acostado sobre una tabla de madera y sus extremidades atadas con sogas. Estas sogas estaban ligadas a un sistema manual mediante el cual el torturador provocaba tensión estirando las cuerdas (simplemente girando una palanca) y por lo tanto estirando piernas y brazos del pobre hombre. La fuerza que genera la tensión de las cuerdas se llama "torque" y el que sepa cómo funciona una caja de cambio de un auto, lo va a entender perfectamente. El que no, también. Las piernas, al tener más músculos que protegieran rodillas y cadera, no estaban tan expuestas como los brazos. Además, imaginen que te estiran bien fuerte de las piernas para abajo; no sería tan grave como que te estiren bien fuerte de los brazos hacia arriba, porque al estirarte los brazos, lo están haciendo en contra del "eje" de la articulación, o sea girando en 180º. Los hombros, más precisamente, se dislocaban muy rápidamente y, aún después de salidos de lugar, los nervios seguían siendo tensionados y provocando dolor. Era muy útil porque si el victimario así lo prefería, podía hacer el efecto contrario: es decir, aflojarte un poco las cuerdas, cosa que puedas respirar y hablar; a ver si largabas lo que el muchachote quería escuchar. Después de todo, para eso lo usaban: para que confiesen.
Como no es difícil imaginar, el potro era el mecanismo de tortura preferido y más usado de los Inquisidores. Fue el más importante en todo Europa y cada país que lo utilizó, le fue dando su "toque" distintivo. Por ejemplo, en Italia le agregaban pinches de metal a la tabla, cosa que te distraigas un poquito de tu hombro dislocado con un touch de "comezón" en tu espalda.
El potro en su etapa final y más inhumana fue pergeniado por: ¿quién más si no? Nuestros hermanos BRUTOS gallegos. Mejor dicho: nuestros hermanos BRUTOS INQUISIDORES gallegos. En esta última "evolución" el condenado estaba bastante más en vertical, para que fuera más fácil pegarle. Y claro, ¿qué te pensabas, que se conformaban con hacerte los brazos y piernas de goma? No, señor. Pero lo más loco (?) era que ya no te estiraban los brazos hacia arriba nada más. Te hacían agarrar mano con mano atrás de tu espalda y extender los brazos. Después te iban bajando el cuerpo (que da igual a decir que te iban subiendo los brazos) por atrás del mismo y, a menos que fueras un contorsionista en épocas donde no abundaban, eso dolía. Y mucho.

Y así finaliza el update llamado "Pegame un tiro, hijo de puta..." - Vol. 3 y, con él, la saga que relató los métodos y mecanismos de tortura más crueles de la historia occidental. O al menos así lo creen los muchachos de Discovery. Espero que los hayan disfrutado y, si no lo hicieron y así y todo leyeron hasta acá, realmente se merecen mi agradecimiento (?). Saludos.

6 comentarios:

  1. Pasaste de Spinetta a Manuel Moretti.

    Igual, esta copado el post aunque la info. sea robada.

    ResponderEliminar
  2. Matuu me encanta tu blog, estube todo el día leyendo(se nota que tengo que estudiar!), esta vez si soy la "lulu" que pensas jaja un besote :)

    ResponderEliminar
  3. boloide.. los lei en tiempo y forma..
    y SI BIEN considero muy poco feliz hacer tres (TRES!! HIJO DE PUTA!!) posts sobre máquinas torturadoras.. me rei bastante.

    "..el cráneo cedía quebrándose y para este momento, ya estabas jugando al truco y tomándote unos fernete con San Pedro."

    en esa imploté. genial..
    abraszo che (si, soy hungaro)

    ResponderEliminar
  4. malizia? mafalda, los beatles..
    toda una gema chei!

    ResponderEliminar
  5. jaja yo los disfrute
    no por la tortura, claro
    sino mas bien por los relatos

    besos matu

    ResponderEliminar
  6. Me encantaron los 3vol, sabés que te banco y me siento una ignorante escribiendo en tu blog.

    Grande Mate!

    ResponderEliminar